Una de las razones por las que el Madrid tiene doce Copas de Europa, quizá camino de trece, es su capacidad histórica para soportar las situaciones de estrés. Sucedió en Múnich, ante ese Bayern de toda la vida, que pasa de estar muy flojos a darlo todo. Lejos de su mejor versión, aguantó la adversidad y se defendió.Así también gana el Madrid.
El Bayern, un equipo que en casa sale vestido de remontada aunque, como era el caso, no haya nada que remontar, no se entregó a una acometida furiosa de salida. No fue culpa de Heynckes, que lo puso todo de su parte, con la alineación más progresista posible, sin Thiago y con James y Müller, con Javi Martínez como único mediocentro y con Ribery y Robben, llenos de experiencia, en las bandas.
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